22.05.2025

Forex vs. Juegos de azar

En la película de 2014 The Gambler, el personaje principal Jim Bennett, interpretado por Mark Wahlberg, tiene un gran diálogo con el jefe criminal Frank, interpretado por John Goodman. Jim quiere pedirle dinero prestado a Frank para apostar en un partido de baloncesto amañado.

 

 


El personaje de Wahlberg dice que ganó 2,5 millones de dólares en una noche. Pero ahora tiene una gran deuda. Frank intenta decidir si confiar o no y dice: “Si ganas 2,5 millones, cualquier idiota sabe qué hacer. Comprar una casa con garantía. Un coche barato. El resto lo metes en el banco al 3–5% anual. Y el resto de tu vida estás en el nivel de ‘que te jodan’.”


Ahora, si alguien te pide hacer algo que no te gusta, dices – “que te jodan”. Si tu jefe te regaña – “que te jodan”. Esta es la base. Hoy se llama independencia financiera. En este episodio, Frank muestra la mentalidad de un empresario, inversor, trader. Y Jim – la de un jugador.


El personaje de Wahlberg consigue dinero. Lo apuesta a un partido. Gana. Pero en lugar de pagar la deuda, juega en un casino clandestino. A Hollywood le encantan los finales felices. Jim gana. Paga todo. Dice que ya no es jugador. Y al final de la película, corre hacia la libertad.

 


1. Diferentes objetivos


Los jugadores tienen una peculiaridad psicológica. A menudo viene de la infancia. Por ejemplo, los padres no prestaban atención a los logros, pero sí regañaban fuerte por los fracasos. El niño aprende que la atención llega con el fracaso. Cuanto mayor, más atención recibe.


Un adulto con esta distorsión cognitiva cae en una trampa. Cuando descubre el juego, siente satisfacción al perder. Cuanto mayor la pérdida, mayor la satisfacción. Es muy difícil parar. Todos quieren atención. Un psicólogo puede ayudar a superar este y otros patrones destructivos.


Un trader no busca satisfacción. Su objetivo es más banal: quiere alcanzar el nivel de “que te jodan”. También tiene vulnerabilidades psicológicas. Como todos. Pero el trader intenta superarlas con un diario y un sistema de trading. Es como un boxeador que se expone al golpe para revelar sus distorsiones. Para corregirlas. E incluir protección en su sistema.


Quizás no sea fácil ver la diferencia. Pero es enorme. El jugador obtiene satisfacción del juego – por eso no puede parar. El trader trabaja duro. Pero busca una cifra específica. Si se la ofrecen, dejará de operar con gusto. El jugador, probablemente no. Vive para jugar.

 


2. La excepción confirma la regla

 

Siempre hay excepciones a la regla. Pero solo refuerzan la idea. Edward Thorp es profesor de matemáticas, doctor y jugador. No juega con otras personas – tiene sus propios ídolos. Thorp vencía sistemáticamente al casino en blackjack y hasta en ruleta.


Antes de él, nadie lo lograba. Pero Thorp creó un sistema ganador para blackjack. Lo publicó en el libro “Beat the Dealer”. Lo validó la comunidad científica. Y sentó las bases para muchos jugadores exitosos en el futuro.


Thorp también fue reconocido en la bolsa. Gracias a su conocimiento de la probabilidad, fue pionero en el campo de las opciones. Difícilmente se le puede llamar jugador en sentido negativo. Más bien, es un empresario que terminó en el juego por casualidad.


El camino de Edward Thorp destaca la diferencia entre trader y jugador. El trader primero encuentra una forma de ganar. La prueba. Y solo entonces arriesga dinero. El jugador es diferente. No le interesa ganar. Entra al juego sin grandes posibilidades.