08.05.2025

Trading gratuito y de alta calidad – ¿cómo mejorar tus resultados?

El trading implica un proceso constante de mejora. Al comienzo de la carrera, este proceso es extensivo. Es necesario dominar una base teórica amplia: mecánicas de trading, macroeconomía, estadística corporativa y gestión del dinero.

 

 

En esta etapa, el crecimiento parece ser el más rápido. Pero los conocimientos son en su mayoría teóricos. Un trader principiante, como un espectador de una serie de TV, debe conocer los personajes, entender el contexto histórico y solo entonces “predecir los giros de la trama”.

 

En la siguiente etapa —práctica—, se exprimen las bases. El trader se interesa cada vez menos por la teoría. Necesita “señales” con alto valor predictivo: no importa si provienen de modelos fundamentales, patrones técnicos o incluso astrología. Está dispuesto a usar todo. El crecimiento sigue siendo amplio, pero más selectivo. Se abandona el conocimiento por el conocimiento. Solo cuenta el valor práctico.

 

Con el tiempo, todas las “tramas” principales convergen en una comprensión común. Todas las series se fusionan en una sola. El trader se dedica al desarrollo intensivo: mira hacia dentro de sí mismo, combina las mejores estrategias según las circunstancias y su psicología personal.

 

1. Herramientas de desarrollo

 

En cada etapa, el trader puede necesitar herramientas diferentes: libros, películas, vídeos educativos, cursos. Normalmente dedica una hora al día o más, siguiendo una lista preestablecida.

 

Dos objetivos principales: transformar la cantidad de conocimiento en calidad (las leyes de la dialéctica funcionan por sí mismas) y anotar ideas interesantes para verificarlas más tarde e, si tienen éxito, integrarlas en el sistema de trading.

 

Pero, además de un flujo de información de calidad, se necesitan herramientas para mantener el equilibrio y el progreso. Una buena forma es llevar diarios: al menos dos.

 

El primer diario sirve para analizar las operaciones recientes antes de hacer trading. Esto aporta paciencia, disciplina al elegir señales y, lo más importante, conecta todas las operaciones en una historia coherente. El trader recordará claramente errores, éxitos, sensaciones y pensamientos sobre lo que debería haber hecho.

 

El segundo diario ayuda a buscar patrones fuertes y mejorar el sistema de trading. El objetivo es documentar la historia de la búsqueda de la estrategia ideal. Puede que exista una… o cada uno tiene la suya. Lo importante es no usar estrategias experimentales en el trading real sin haberlas probado con éxito en 50–100 operaciones en una cuenta demo.

 

En el trabajo de investigación puede ser útil una “hora de ideas locas”: probar patrones absurdos como estrategias experimentales ayuda a entender que el beneficio no solo se esconde en ideas obvias, sino también en las inesperadas.

 

2. Lista de libros, películas y otros recursos

 

Antes de comenzar el auto-desarrollo, vale la pena crear una lista aproximada —aunque aburrida, elimina la indecisión sobre qué estudiar hoy. Puedes alternar días de “lectura” y días de “películas”. Lo importante es la consistencia.

 

Los libros se dividen en dos categorías: fundamentales y escritos por traders con resultados comprobados. Para la macroeconomía basta con un manual sencillo —los conceptos clave se pueden asimilar en uno o dos meses.

 

En cuanto a estadística corporativa, Graham y Damodaran son clásicos; no es necesario profundizar —un resumen breve o una serie de conferencias (p. ej. Damodaran en YouTube) bastan para entender las ideas principales.

 

Para los libros de traders exitosos, guíate por los hechos: Larry Williams (11.376% anual en 1987 en la Robinson Cup), Marty Schwartz (resultados consistentes en torneos), Ryan Jones (“Make Millions by Playing with Numbers”), psicología: Bill Williams (“Trading Chaos”), Jesse Livermore, Edward Thorp.

 

Las películas de ficción tienen poco valor educativo, pero inspiran: Dumb Money, Pi, Billions, Limitless, Wall Street, The Big Short, A Good Year, Revolver. También hay documentales y podcasts —su selección merece la misma atención que la de los libros.